Un proyecto de espalda a los trabajadores y el medioambiente

Todos los sectores burgueses tras la planta de licuefacción de GNL en Bahía Blanca. La Ley de GNL Massista y el RIGI Mileista, la misma política de saqueo y extractivismo bajo el control del FMI. La salida que propone la izquierda.

Desde hace unas semanas se viene librando una batalla entre despachos de secretarias y sillones legislativos sobre donde debe instalarse la planta de licuefacción de GNL que YPF y Petronas planeaban construir. A la portuaria Bahía Blanca, le salió una competidora, Punta Coloradas en Río Negro. Tras el primer proyecto, todos los sectores patronales se unen, mientras la población local y los mas humildes se hunden en la pobreza.

Es que se baraja una posible inversión de unos 10.000 millones de dólares inicialmente hasta completar en 2031 los 40.000 millones de dólares para procesar y producir 25 millones de toneladas al año de GNL, a un valor de 27.000 millones de dólares anuales.

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Como en 1969, todos los sectores burgueses locales tras un proyecto extractivista

Como hace 56 años, cuando todos los sectores burgueses y sindicatos de la época se dirigieron al presidente de facto, general Juan Carlos Onganía exigiendo la radicación de la industria petroquímica en Bahía Blanca, nuevamente hoy los mismos sectores se encolumnan tras el nuevo proyecto de la planta de licuefacción del gas.

A fines de los ’60 comenzó a cristalizarse el polo petroquímico que inauguró su producción el 24 de noviembre de 1981. Pero este gran proyecto burgués, en nada mejoró de las condiciones de vida de los sectores mas humildes, al contrario numerosas denuncias de asociaciones ambientalistas registran desde hace décadas los altos niveles de contaminación, polución, derrames de petróleo y el dragado constante de la ría. A esto se suma la amarga experiencia que sufrió la comunidad bahiense el domingo 20 de agosto del 2000, en el gran escape de cloro de la planta de Solvay-Indupa. El impacto negativo del polo petroquímico es enorme.

Hoy, usando un leguaje similar, desfilan por los medios locales, por el consejo deliberante y la legislatura bonaerense los distintos actores del entramado político, económico y sindical propugnando la “unidad de la ciudad” tras el proyecto patronal del GNL.

El RIGI y el GNL

Entre tanto, mientras una nueva crisis energética sumerge por impericia a la Argentina en la falta de gas, comienza a discutirse en el congreso la ley bases con su reglamento para el incentivo de grandes inversiones (RIGI). Este fue escrito para fomentar durante 30 años, mediante políticas fiscales, el supuesto Boom de inversiones en minería, petróleo y especialmente gas.

Mientras el gobierno sigue pulseando para que salga la Ley Bases (LB), Horacio Marin, presidente de YPF dijo que “Sin RIGI no hay GNL”. A su vez Petronas pide seguridad jurídica por ley para el proyecto. En el pasado ya Sergio Tomás Massa había impulsado la ley de GNL que naufrago en el senado. Básicamente, era el mismo proyecto que el de ahora que lleva el nombre de RIGI.

Pero lo mas notable es que el RIGI consagraría un patrón de especialización productiva en Argentina como mero explotador de comodities, con los pulpos multinacionales dominando la crema del negocio y sin ninguna articulación con el entramada productivo nacional. Es el gran plan patronal para avanzar con el extractivismo y juntar los dólares que hacen falta para pagar la deuda, garantizando los negocios capitalistas de una Argentina reprimarizada. Un país y una ciudad donde los miles o millones que “sobran” deberán subsistir con limosnas estatales, salarios miserables o trabajos precarios y una minoría, ligada a estos grandes negocios. Y en este plan no hay grietas entre el kirchnerismo, Juntos por el Cambio, los radicales y la libertad Avanza.

La ley de GNL massista y el RIGI mileista: La misma política extractivista bajo el control del FMI

El RIGI, es una reversión recargada de la política extractivista, de saqueo y subordinación al imperialismo que ya venían implementando los sucesivos gobiernos Nac&Pop. No más recordemos el acuerdo YPF-Chevron, con sus promesas de progreso y trabajo que le dejo miles de millones de dólares de ganancias a la norteamericana Chevron y un pasivo ambiental intolerable para la población neuquina.

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Durante la anterior gestión presidencial, el ministro Massa ya había impulsado el proyecto de GNL que era la norma que daba marco al acuerdo YPF-Petronas para la construcción de la planta de GNL. El proyecto incluía: Beneficios tributarios, derechos de exportación, libre disponibilidad de divisas.

En su artículo 12 establecía que: “Los proyectos comprendidos en el presente régimen pueden, a solicitud del beneficiario, acceder a mecanismos de arbitraje internacional.”, una jurisdicción que la emparentaba con el acuerdo de Chevron-YPF, el CIADI y que el RIGI vuelve a usar como marco.

De conjunto la diferencia de proyecto entre las propuestas de desarrollo del GNL Nac&Pop tiene muy pocas diferencias con el RIGI de Milei. Saqueo, extractivismo y ecocidio de la mano del FMI, las multinacionales y la burguesía criolla o directamente subordinado al FMI. Y es en estas mínimas diferencias, con los mismos resultados para el pueblo trabajador, que no logra enamorar a todo el arco político patronal argentino.

Pero el peronismo en todas sus alas, no pelea ni pone toda la fuerza para voltear la LB, el RIGI y todo el plan de ajuste porque esta pensando y se postula como un buen gestionador responsable de los grandes negocios extractivistas que reclaman el FMI y las principales potencias deudoras de Argentina.

La Bahía real y el encubrimiento del saqueo

Mientras algunos hacen cola detrás del proyecto de saqueo, la Bahía real se hunde en la pobreza. Más de 112.000 bahienses, 1 de cada 3, son pobres además de casi los 20.000 indigentes. Según el CREEBBA, en mayo, para no ser pobre una familia tipo (la pareja y dos hijes) debía cobrar 933.000 $ para llegar a la canasta básica total. Para el INDEC, en la ciudad hay unas 7 mil desocupadas, 11 mil subocupadas y 21 mil ocupadas y en búsqueda de empleo.

Y mientras estos números nos abruman y las “fuerzas vivas de la ciudad” se alinean tras este proyecto extractivista. El intendente Federico Susbielles trata de tapar la realidad con pequeños programas que no cambian la situación de miseria de los barrios, como el “Plan calor”, donde se reparte leña de los arboles caídos por el temporal para hacer frente a las primeras heladas de la ciudad (mas miserable no se puede ser) o el programa “La muni en tu casa” donde se hace relevamiento social y se realizan acciones preventivas de salud comunitaria, pero ni siquiera se busca retrotraer el ajuste que realizo la administración de Gay con el cierre de las salitas medicas barriales. Y así se suman otros parches, como el “Encuentro Comunitario”, “Estufas sociales”, “PROCURAR”, “Casa por casa”, etc.

Susbielles promete 16.000 nuevos puestos laborales con la instalación de la planta de licuefacción, pero la mayoría de estos puestos serán para levantar las estructuras de la planta quedando solo unos cientos al final para mantener la producción.

Ni siquiera ha podido lidiar con la seguidilla de derrames de petróleo en la ría. ¿Qué nos puede deparar cuando vengan esta planta con los antecedentes de contaminación en el país, la protección jurídica que tienen y el encubrimiento que le dan los gobiernos?

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Todas las promesas de progreso y pequeños parches responden a la política de cubrir el gran saqueo que se cierne, mostrando al intendente Susbielles “liderando la cruzada” por el desarrollo pero que encubre un gran costo social y ecológico.

No al saqueo y el extractivismo. Defensa del ambiente. Utilización racional de los bienes comunes naturales del país.

Los gobiernos, nacional, provincial y municipal quieren profundizar la apropiación y explotación de la renta gasifera argentina por parte de las multinacionales. La disputa entre Estados Unidos y otras potencias se traslada al saqueo de nuestra región y todos los gobiernos están dispuestos a ser socios menores. No importa si destruyen el ambiente para lograr ganancias o envenenan los ríos. Los avances científicos los usan para maximizar sus ganancias y saquear los bienes comunes naturales, y tras esto cierran filas todos los partidos patronales.

Por eso tenemos que discutir todo esto en los sindicatos recuperados, en todos los lugares de trabajo, clarificando los resultados que tendría uno u otro proyecto, para no quedar entrampado tras ninguno y pelear por una salida independiente que tenga en cuenta las necesidades de la población, de la comunidad y de los mas humildes. Y esa salida racional debe partir por la nacionalización integral de los recursos estratégicos del país bajo control y gestión de los trabajadores y comunidades involucradas. La prioridad debe estar puesta en las necesidades de las grandes mayorías. Que sean los pobladores, ambientalistas y académicos quienes decidirán que hacer en asambleas vinculantes previas a todo tipo de proyecto que afecte los ecosistemas y a través de ellos podrán desplegar una planificación científica y amigable con el ambiente, poniéndolos al servicio de las necesidades sociales.

Partiendo de esto, este miércoles 12 tenemos que salir a marchar para rechazar la Ley Bases y el RIGI y que sea el puntapié inicial para discutir todo esto en nuestros los lugares de trabajo, preparándonos para una larga pelea.

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