Un Atentado en Cipolletti – Una Sociedad Miope


El Atentado en Cipolletti. Un hecho que por causas fortuitas, no se convirtió en una tragedia aún mayor.

Vos sabías que en Cipolletti hubo un atentado? No, no estamos hablando de la dictadura, ni de hechos históricos lejanos. hablamos de un atentado en plena democracia, en nuestra ciudad, hace 14 años, que cobró la vida de un trabajador inocente y que parece haber sido enterrado en el olvido.

El 13 de julio de 2010, en plena madrugada, una bomba explotó en la Escuela de Policía de Cipolletti, ubicada en Fernández Oro y Sáenz Peña. José Domingo Maciel, un empleado municipal que estaba barriendo las calles en ese momento, fue la única víctima fatal. José perdió la vida haciendo su trabajo, sin saber que ese día no volvería a su casa.

Y lo que es aún más impactante es que ese mismo día se descubrió otra bomba, esta vez frente a Telefónica, en la calle Miguel Muñoz. Pero, ¿sabés qué? Esa bomba no explotó. La desactivaron a tiempo. Podría haber sido una tragedia mucho mayor. Pero, a pesar de lo gravísimo de este atentado, la causa judicial está paralizada. No hay imputados, no hay responsables, y lo más doloroso es que parece que a nadie le importa.

Estamos hablando de un atentado que ocurrió hace más de 14 años, y no solo no hay justicia, sino que la política de silencio que han mantenido todos los gobiernos provinciales y municipales desde ese día es vergonzosa. Alberto Weretilneck era intendente en ese momento, y ¿qué hizo? Nada. ¿Y qué hicieron los gobiernos que le siguieron? Tampoco nada. Ni siquiera se dignan a aparecer en los actos conmemorativos. Todos los años, la familia de José organiza una pequeña ceremonia en el lugar del atentado. ¿Sabés quiénes estuvieron? Familiares, algunos compañeros de trabajo y representantes del Sindicato de Trabajadores Municipales e cipolletti. ¿Sabés quiénes no estuvieron? Los representantes del gobierno. Ni una palabra, ni una muestra de apoyo.

Esto no es solo una cuestión de memoria y justicia por José Domingo Maciel. Es un atentado en democracia, que dejó en claro que la vida de un trabajador puede perderse en un acto de violencia extrema sin que haya consecuencias. La impunidad es el verdadero asesino en este caso, porque sigue matando la verdad, sigue matando la justicia. Y eso es algo que nosotros, como ciudadanos de Cipolletti, no podemos permitir.»

Hoy, 14 años después, la familia de José sigue esperando justicia. Y nosotros también deberíamos estar reclamándola. Este es un atentado que no debe ser olvidado. No podemos dejar que la historia de José Domingo Maciel se apague por la indiferencia de los gobiernos de turno. Porque cuando el Estado se queda callado, cuando las autoridades no responden, nos están diciendo que la vida de José no vale nada. ¿Y qué mensaje nos están dando a todos los demás?

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