Por el Lic. en Psicología Nicolás Gelosi.
Las insensibles normas del mercado imponen a las personas que padecen enfermedades discapacitantes, mayores dificultades para integrarse en aquello que entendemos como una vida social plena. Ante un Estado ausente, incapaz de intervenir de forma eficaz, y cuando digo esto me refiero, no a una ayuda económica, o a una pensión por invalidez, o a no pagar el boleto del colectivo, entre tantos otros beneficios económicos que goza la persona discapacitada debido a su condición, sino a una ayuda empática, compasiva y humana.
En estos 19 años de convivencia con la Esclerosis Múltiple, noté que mucha gente tiene un concepto erróneo de: “La persona discapacitada”. En sus mentes, la persona discapacitada es aquella que se transporta en una silla de ruedas, o la que usa “el bastoncito blanco” o la que perdió una pierna. Esta escueta lista denota su ignorancia respecto al tema.
No basta con poner rampas en todas las esquinas si los automovilistas las obturan; no tiene sentido decretar una normativa que declare que los 3 primeros asientos, de un colectivo público, están reservados para “Personas Discapacitadas”, si los pasajeros soslayan dicha ordenanza; no vale el esfuerzo en facilitar los obstáculos para las personas deficientes si los considerados “eficientes” no son EDUCADOS en esta problemática. Por otra parte, en el ámbito laboral, la Persona con Discapacidad, con las aptitudes adecuadas, en el puesto de trabajo apropiado, con el apoyo requerido, son empleados capaces y responsables, si le damos una oportunidad (un claro ejemplo es nuestro ex vice-presidente, Daniel Scioli).
Soy un convencido de que el Estado debería implementar políticas educativas para concientizar al ciudadano acerca de cómo concebir a una persona discapacitada; promover leyes que apoyen la integración de las personas con algún tipo de discapacidad (visible o no); construir infraestructura adecuada para este tipo de personas, para que, implementando estas herramientas, la persona discapacitada sienta que existe un estado y una sociedad que lo integra al ámbito social y laboral.
Los cambios son vistos como adversidades. Toda adversidad a su vez trae aparejada, lo que llamo yo bendiciones/oportunidades que aún cuando al principio nos cueste visualizarlas, ahí están. Ante las crisis, que como bien digo, están llenas de oportunidades tenemos que entender que cambiar y adaptarse, será siempre la opción mas segura y ese es un esfuerzo que tenemos que hacer todos. Incluso el Estado.
Nicolás Gelosi, es un Licenciado en Psicología oriundo de la ciudad bonaerense de Azul. Es un activo militante por la integración social de las personas con discapacidad y a la fecha de hoy ha publicado el libro titulado «Esclerosis Múltiple – Cuando la enfermedad te transforma en víctima de tu propio cuerpo».