El sindicato docente exige respuestas al gobierno de Weretilneck ante las problemáticas del sistema educativo en Río Negro, mientras el conflicto se intensifica.
El Consejo Directivo Central de UnTER envió el pasado 18 de septiembre un nuevo pedido de audiencia al gobernador Alberto Weretilneck, con la intención de discutir las graves problemáticas que afectan al sistema educativo en la provincia y a los trabajadores de la educación. La solicitud se suma a una larga lista de reclamos que el sindicato viene sosteniendo desde hace tiempo, sin obtener respuestas concretas por parte del gobierno provincial.
En una asamblea con la presencia de las 18 seccionales del gremio, UnTER decidió redoblar su plan de lucha ante la falta de diálogo. La organización resolvió llevar adelante un paro de 48 horas con movilización provincial a la Legislatura, exigiendo que se atiendan de inmediato las demandas del sector educativo. A esto se suman los paros zonales con acciones locales, que comenzarán la semana del 30 de septiembre y cuyas fechas serán determinadas en un próximo Plenario de Secretarios Generales.
Un Gobierno Provincial que Apuesta al conflicto
El gobierno de Weretilneck ha optado, una vez más, por una estrategia que apuesta al desgaste y la confrontación con los sindicatos, en lugar de buscar soluciones a los problemas que atraviesa la educación pública. Esta actitud de ignorar los reclamos y dilatar las respuestas, lejos de resolver el conflicto, lo agrava.
El sistema educativo de Río Negro se encuentra en una crisis que afecta tanto a los docentes como a los estudiantes, con salarios desactualizados, condiciones de infraestructura deficientes y falta de recursos pedagógicos. Sin embargo, la administración provincial ha demostrado poca voluntad para entablar un diálogo constructivo. Weretilneck, quien históricamente ha adoptado posturas camaleónicas para amoldarse a los vientos políticos, esta vez parece haber subestimado la gravedad del conflicto, confiando en que la protesta docente se debilitará por sí sola. Esta apuesta no solo es arriesgada, sino irresponsable, ya que está en juego la educación de miles de niñxs y adolescentes.
El silencio y la inacción del gobierno provincial, que insiste en minimizar las demandas de UnTER, no hacen más que tensar aún más la relación entre las partes. En lugar de tender puentes, la gestión actual parece apostar a la confrontación, evidenciando una falta de visión y compromiso con el sistema educativo rionegrino.
Si el gobierno de Río Negro no toma medidas urgentes para atender las justas demandas de lxs trabajadorxs de la educación, es previsible que el conflicto continúe escalando, afectando de manera directa a toda la comunidad educativa de la provincia.