El vicegobernador Pessatti y el oficialismo impiden la entrada de los docentes al recinto mientras el bloque opositor denuncia la represión política.
Pessatti: De la calle con los trabajadores a cerrarles las puertas
Durante el debate en la Legislatura de Río Negro sobre el proyecto de ley que pretende declarar la educación como servicio esencial, el vicegobernador Pedro Pessatti mostró su verdadero rostro. Años atrás, cuando fue legislador bajo los gobiernos radicales, hacía la pantomima de salir a las calles y unirse a los reclamos de los trabajadores de la educación. Hoy, en cambio, les niega el acceso al recinto legislativo, revelándose como el autoritario que es.
El cruce entre José Luis Berros, presidente del bloque opositor Vamos con Todos, y Pessatti fue uno de los momentos más tensos de la jornada. Berros le reclamó enérgicamente por la decisión de no permitir que los representantes de UNTER presenciaran el debate. Básicamente señaló que nadie más que los trabajadores de la educación deberían presenciar la sesión, ya que serán los más perjudicados por esta ley. Pesatti, lejos de ofrecer una explicación coherente, recurrió a la excusa de que las puertas permanecían cerradas porque los docentes habían cortado la calle en señal de protesta, en una respuesta infantil y carente de fundamentos.
Demagogia en el recinto: López y el bloque oficialista
Mientras Pessatti jugaba al «me empujó primero» con los derechos de los docentes, Facundo López, otro legislador del bloque oficialista, tomó la palabra únicamente para hacer demagogia barata. López sostuvo que “los únicos perjudicados son los chicos”, acompañado de los aplausos serviles del resto de los legisladores oficialistas. Su argumento vacuo fue rápidamente desmantelado por Magdalena Odarda, quien le recordó que el pliego de reclamos de los docentes incluye, entre otras cosas, la exigencia de mejoras en la infraestructura escolar, la incorporación de tecnología de calidad y la actualización de los recursos educativos. Todos estos puntos están directamente vinculados a los derechos de los chicos que, según López, son los únicos afectados.
Pero claro, en tiempos donde la mediocridad parece redituar, López se puede dar el lujo de decir cualquier disparate sin consecuencias. Al fin y al cabo, cuenta con el respaldo de un Poder Judicial que no ha investigado las circunstancias en torno al supuesto robo de 600.000 dólares que López denunció haber perdido, dinero que «no tenía» al asumir como legislador.
La democracia, bastardeada por el oficialismo
La sesión en la Legislatura de Río Negro fue el reflejo de una política de premios y castigos impuesta por el oficialismo. Según la lógica antidemocrática del bloque mayoritario, la participación ciudadana está condicionada a si cumplen con sus pautas. En este caso, los docentes, que ejercían su derecho constitucional a la protesta, fueron castigados con el cierre de puertas, impidiéndoles representar sus intereses en el debate.
El recién electo presidente del PRO, Juan Martín, contribuyó a este bastardeo democrático al reducir la importancia de la participación ciudadana a una cuestión de hinchadas. Según Martín, no era necesario que los docentes ingresaran al recinto porque ya habían sido “escuchados” en instancias anteriores, un comentario que fue respondido con dureza por Berros, quien lo acusó de “tener miedo de dar la cara al momento de argumentar”.
El futuro político de Río Negro en juego
La negativa del oficialismo a permitir que los docentes estén representados en el recinto durante un debate que directamente afecta sus derechos es un claro indicio de la grave crisis democrática en la provincia. Este episodio nos obliga a reflexionar sobre el futuro político de Río Negro y cómo será gobernada en los próximos años. Frente a un gobierno que impone ajustes, limita derechos y le da la espalda a los trabajadores, la resistencia y la participación ciudadana serán clave para revertir este atropello a la democracia.