El gobierno provincial no solo niega el acceso a los docentes, sino que desata una represión brutal que termina con heridos y la ilegal detención de José Luis Berros.
Lo que debía ser una jornada de debate en la Legislatura de Río Negro sobre el proyecto de ley que busca declarar la educación como un «servicio esencial» se transformó en un escándalo vergonzoso que mancha aún más la gestión del gobernador Weretilneck y sus aliados. No solo se impidió la entrada a los representantes de UNTER, quienes pacíficamente querían presenciar la discusión que afecta sus derechos laborales, sino que la situación escaló con un innecesario cordón policial que desató una represión brutal.
Represión desmedida e innecesaria
El despliegue policial, claramente sobredimensionado, tuvo un desenlace lamentable. Docentes heridos, manifestantes atendidos por personal médico y un clima de tensión que fue creciendo a medida que las fuerzas de seguridad actuaban con una violencia injustificada. La represión desatada es, en primer lugar, una acción que demuestra el desprecio del gobierno provincial hacia la legítima protesta de los trabajadores de la educación, quienes no estaban haciendo más que ejercer su derecho constitucional de manifestarse.
Impiden el ingreso al legislador Berros
El escándalo no terminó allí. José Luis Berros, legislador del bloque opositor Vamos con Todos, quien había salido del recinto para verificar el estado de salud de los docentes heridos y dialogar con Silvana Inostroza, Secretaria General de UNTER, intentó reingresar a la Legislatura. Sin embargo, el personal policial le impidió el paso, un acto tan ilegal como vergonzoso. El bloqueo a un representante electo del pueblo es una muestra clara de la degradación institucional que atraviesa la provincia bajo la actual gestión.
Fuerzas de seguridad al servicio de lo peor de la política
La actuación de las fuerzas policiales fue un triste recordatorio de cómo, a pesar de estar también sometidos a condiciones laborales precarias y salarios de hambre, siempre están dispuestas a defender los intereses de los sectores más oscuros de la política. El uso de la violencia estatal contra los trabajadores es una herramienta que se ha empleado históricamente para silenciar la protesta social, pero los docentes de Río Negro no se dejarán intimidar.
Un gobierno en crisis
La represión policial, el bloqueo a los representantes de UNTER y el impedimento del reingreso de Berros al recinto legislativo son solo los últimos episodios de un gobierno provincial que cada vez más se aleja de la legalidad y la democracia. En vez de abrir el diálogo, el oficialismo opta por la violencia y el autoritarismo, tratando de imponer su agenda a cualquier costo, incluso violando los derechos fundamentales de los ciudadanos y sus representantes.
Este escándalo deja al descubierto las verdaderas intenciones del gobierno de Río Negro: aplastar cualquier tipo de resistencia y evitar que las voces críticas tengan un espacio en las discusiones que definirán el futuro de la educación en la provincia. Pero los trabajadores y trabajadoras de la educación, apoyados por gran parte de la sociedad, no permitirán que este atropello pase desapercibido. La lucha sigue.