Cristina Fernández de Kirchner: Un Año del Intento de Asesinato

Develando los Vínculos Ocultos: El Enigma tras el Intento de Asesinato

A tan solo unos días del aniversario del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner, nuevas revelaciones emergen en torno al caso. El abogado Carlos Telleldín, defensor de Brenda Uliarte, detenida por su papel en el ataque, ha declarado a Página/12 que su cliente ampliará su declaración para afirmar que un allegado a Gerardo Milman financiaba las manifestaciones frente a la casa de la vicepresidenta. Este giro inesperado podría sacar a la luz conexiones políticas previamente ignoradas en la investigación.

La joven Uliarte, quien tuvo una relación con Fernando Sabag Montiel, el individuo involucrado en el intento de asesinato, está presa como coautora del ataque. Sin embargo, ahora se plantea la posibilidad de que no fuera un plan para asesinar, sino para crear disturbios. El abogado Telleldín menciona pagos de alrededor de 6000 pesos para reunir manifestantes frente a la casa de Cristina Kirchner. Estas afirmaciones podrían arrojar luz sobre el papel de Gerardo Milman y su conexión política.

La causa se ha centrado en Sabag Montiel y Uliarte como autores del intento de homicidio, pero nuevas revelaciones sugieren que había una motivación detrás de las manifestaciones que se llevaban a cabo en las cercanías de la residencia de la vicepresidenta. Sabag Montiel se había expresado en chats sobre la posibilidad de atacar a Kirchner, y la pareja estaba involucrada en el mundo de los vendedores de copos de azúcar, donde temas políticos y de derecha también surgían.

Estas manifestaciones comenzaron después de un alegato en el juicio conocido como “Vialidad”, donde se pedían 12 años de prisión para Cristina Kirchner. El grupo que originalmente la insultaba se expandió y se sumaron incluso líderes de la organización ultraviolenta Revolución Federal. La militancia acudió en su defensa, generando una creciente polarización política.

Revolución Federal ha sido vinculada con mensajes de odio y acciones violentas en las redes sociales y en la calle. La organización llevó una guillotina con un lema provocador que relacionaba a la vicepresidenta con la “muerte o el exilio”. La jueza a cargo de la causa y la Cámara Federal no fusionaron el caso de la organización ultraviolenta con el del intento de asesinato, aunque la querella ha presentado pruebas que sugieren una posible conexión.

La investigación ha sido cuestionada debido a varias fallas. La jueza dilató el proceso de pinchar el celular de Uliarte, y detalles importantes se pasaron por alto. Además, la pista política relacionada con Gerardo Milman, un diputado de Juntos por el Cambio, fue separada del juicio oral y no se exploraron todas las conexiones.

Las revelaciones actuales plantean interrogantes sobre el financiamiento detrás de las manifestaciones y la posible influencia política en el intento de asesinato. Si Brenda Uliarte sigue adelante con su ampliación de declaración, la investigación podría tomar un nuevo rumbo, explorando vínculos antes descartados y arrojando luz sobre la complejidad del caso.

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