La Premier League indaga si Joe Lewis, acusado por tráfico de información privilegiada, sigue siendo el dueño del club Tottenham Hotspur
La liga británica de fútbol ha dado inicio a una investigación de gran relevancia para el mundo deportivo y financiero. El magnate Joe Lewis, actualmente enfrentando múltiples cargos por tráfico de información privilegiada en Estados Unidos, está bajo la lupa de las autoridades para determinar si todavía ejerce el control real sobre el club Tottenham Hotspur.
Aunque formalmente Lewis cedió su paquete accionario en el club el año pasado, la Premier League ha levantado sospechas sobre la verdadera naturaleza de esta transferencia. Según fuentes del diario Telegraph, Lewis habría transferido sus acciones a un fideicomiso denominado «Lewis Family Trusts».
La investigación se enfoca en esclarecer si la transferencia de acciones efectivamente implicó un desligue de la influencia de Lewis en el club, o si fue simplemente una maniobra para diluir posibles responsabilidades legales. Voceros de la Premier League expresaron su preocupación, afirmando que si se demuestra que esta transferencia no alteró el control efectivo de Lewis, se abriría un complicado panorama para el club.
Otro aspecto que añade complejidad a la situación es la relación con Sam Bankman-Fried, un individuo actualmente bajo arresto en Nueva York por cargos de defraudación en operaciones con criptomonedas. Bankman-Fried figura como el comprador de propiedades de Lewis en las Bahamas, adquiridas a través de la empresa Tavistock por un valor estimado de 76 millones de dólares.
Mientras Bankman-Fried enfrenta su proceso legal, Lewis permanece en libertad bajo fianza de 300 millones de dólares, la más alta en la historia judicial de Nueva York. El magnate, propietario del Lago Escondido en El Bolsón, Río Negro, y con 86 años de edad, enfrenta acusaciones de proveer información privilegiada a sus allegados, lo que les permitió obtener ganancias millonarias en el mercado financiero.
La investigación en curso tiene importantes implicaciones tanto para el club Tottenham Hotspur como para el panorama financiero en general, poniendo de manifiesto las complejidades que pueden surgir cuando los intereses personales se entrelazan con el mundo deportivo y empresarial.