Es muy fácil para cierta parte del arco político, fundamentalmente Juntos por el Cambio, al igual que los medios hegemónicos, inocular la idea de que las empresas públicas son deficitarias y que la solución a ello es la privatización. Ahora bien, cuando se los apura un poco, también es muy fácil darse cuenta de que esas aseveraciones carecen de sustento. No aportan siquiera un dato concreto que permita sostener todo aquello que aseguran casi a los gritos. YPF no escapa a esta situación y en forma periódica recibe el embate de la prensa adicta y de los detractores de las políticas públicas como Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Martín Tetaz, entre otros. Lo que no cuentan, es que durante su gobierno, basados en esos argumentos carentes de sustento llevaron adelante una reducción arbitraria de transferencias, despidos masivos, retiros voluntarios y la no renovación de contratos, entre otras maniobras.
Así y todo YPF, no escapa a la realidad, que es una sola y es la única verdad. Y para hablar de verdades y realidades es bueno tener a mano los datos concretos. Por ejemplo, el día de hoy, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) publicó un riquísimo informe que da cuenta acerca de la importancia estratégica que tiene YPF para los argentinos y las argentinas, como así también del crecimiento sustancial que ha experimentado la compañía de allí se desprende que YPF ha demostrado ser productiva y rentable en el marco de administraciones que priorizaron su expansión. Los discursos en torno a la ineficiencia de las empresas públicas no sólo son falsos, sino que se proponen construir una realidad distorsionada para justificar decisiones drásticas de entrega del patrimonio nacional. Se desconoce así el rol central de una empresa como YPF para la soberanía del país, el desarrollo de la producción nacional, la creación de fuentes de trabajo y la generación de divisas.
El caso YPF es paradigmático: pasó de estar al borde del default en 2019 a tener entre 2020 y 2022 el crecimiento orgánico más importante de los últimos 25 años. La empresa logró, luego de la pandemia, hacer crecer su producción y sus reservas, al tiempo que redujo su deuda y sumó fondos a la caja. Esto se apalanca en «las mejoras operativas alcanzadas por la compañía en el desarrollo de sus campos en Vaca Muerta, donde en 2022 se registraron récords de eficiencia en los tiempos de perforación y fractura de los pozos y la marca más alta en la cantidad de nuevas perforaciones de pozos horizontales» según informó la propia firma.
Este informe se basa en dos grandes ejes. Por un lado, analiza los cuantiosos datos existentes que revelan la mejora de producción y rentabilidad de la empresa, dando por tierra con los argumentos privatizadores que se montan en una supuesta ineficiencia. Por otro, el informe dimensiona el activo en materia de reservas hidrocarburíferas que Vaca Muerta supone para la Argentina, con YPF como empresa potencialmente dinamizadora y garante de que la explotación de ese activo tenga como objetivo mayor soberanía no solo energética sino económica.
Los datos analizados en el informe desmienten categóricamente la idea de que el Estado d es ineficiente para administrar recursos. La empresa, bajo control estatal, mejoró en todos los indicadores que se pueden analizar: aumentó la producción de petróleo y gas, crecieron las reservas hidrocarburíferas por mayor actividad exploratoria, incrementó las inversiones, mejoró la eficiencia operativa en Vaca Muerta a un nivel de clase mundial y se generó más trabajo por la mayor cantidad de equipos operando. En resumen, los indicadores de eficiencia muestran:
- El mayor crecimiento de la producción de los últimos años: luego de la irrupción de la pandemia del COVID-19, la producción de hidrocarburos (petróleo, gas y GLP) alcanzó los 503 mil barriles equivalentes diarios. Esto significó un incremento del 7,8% entre 2020 y 2022, lo que representa el mayor crecimiento orgánico de los últimos 25 años. Además, se revirtió la caída de producción en petróleo y gas que se produjo entre 2016 y 2019.
- Ganancias récord: el EBITDA ajustado de 2022 (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) superó en 29% al de 2021 y en 37% al de 2019, constituyendo el tercero mejor de la historia de YPF.
- Inversión récord: YPF logró alcanzar un nivel histórico que, en 2022, superó en 52% la de 2021 y en 17% a la de 2019, último año del gobierno de Juntos por el Cambio.
- Mayores reservas: se incrementaron a la par de la mayor producción. Las reservas comprobadas de hidrocarburos totales aumentaron 114 millones de barriles equivalentes entre 2019 y 2022, pasando de 1.073 a 1.187 (11% de incremento).
- Desendeudamiento sustancial: reducción de USD 1.000 millones en préstamos entre 2019 y 2022.
- Mayor eficiencia operacional: los costos operativos (lifting cost)y de desarrollo (development cost) en operaciones Shalese redujeron sistemáticamente llegando a 8,2 y 3,6 usd/BOE respectivamente. Esto implica una reducción de 58,6% en el lifting cost y de 49,7% en el development cost entre 2017 y 2022
- Durante 2022, YPF mejoró la producción para atender a la demanda creciente y lo hizo con los precios más bajos de la región, evitando, además, el impacto en precios del conflicto bélico (estabilidad de precios para la producción).
- La cotización de las acciones de la compañía se incrementó sensiblemente y por encima del resto de las empresas. A modo de ejemplo, si se la compara con otras empresas seleccionadas, mientras que, desde enero de 2021 a marzo de 2023, Aluar mejoró la cotización de su acción en 429,5%, Mirgor en 329,9% y Telecom en 180,7%, YPF lo hizo en 538,6%.
- YPF impulsa el gasoducto NK y el acuerdo con Petronas, que permitirá modificar la matriz energética y económica de la Argentina. Asimismo, YPF participa como asociada a la empresa Equinor en la exploración offshore en el Mar Argentino, cuya potencialidad de producción se estima en 200.000 barriles de petróleo diarios.
- Inversión récord en nuevas energías y desarrollo de una estrategia de producción e industrialización del Litio a través de YPF Litio. A todo esto, se suma la fuerte apuesta a la tecnología: YTEC tendrá, en 2023, el mayor presupuesto de su historia.
Pero no sólo se trata de rebatir el discurso interesado sobre la ineficiencia, mostrando datos contundentes, sino fundamentalmente señalar que el verdadero objetivo de estas críticas es propender a una apropiación privada del principal recurso en juego: Vaca Muerta. Las estrategias para ello pueden ser diversas: la Resolución 46 aprobada durante el gobierno de Cambiemos marginó a YPF de la explotación y entregó concesiones al sector privado para hacerla, pero la fase superior de ello podría ser la lisa y llana re-privatización -parcial o total- de la empresa, lo que hará innecesario generar resoluciones como la citada, porque se excluirá directamente al sector público como actor en el mercado hidrocarburífero argentino.