Nerviosismo e incertidumbre en “los mercados” por el plan de gobierno. El dólar paralelo subió esta semana por encima de los 1.400 puntos y subió el riesgo país. El gobierno dice por ahora que no va a devaluar y apuesta a hundir la economía en la recesión para juntar dólares. El FMI, el campo y sectores concentrados presionan por una devaluación. La ley bases no resuelve la crisis.
El dólar paralelo viene subiendo y en los últimos días superó los 1.400 pesos. También subió el riesgo país, síntoma del nerviosismo e incertidumbre por el plan de gobierno..
Suena a una película repetida, Pero lo llamativo es que esta crisis pasa después de que el gobierno festeje la aprobación de su primera ley, luego de seis meses y digan con bombos y platillos que se venía una nueva etapa.
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¿Qué está pasando? Parece que “los mercados”, o sea el sector financiero y los grupos económicos concentrados, están en un tira y afloje con Milei y le piden todavía más: presionan por una devaluación.
Entonces, por un lado, si el gobierno devalúa, se dispara de nuevo la inflación. La desaceleración de precios es el unico logro que puede mostrar Milei. Un logro bastante flojo por cierto, 4,2% de inflación mensual no es nada “bajo”, ya dicen que en junio subió de nuevo y la vienen sosteniendo con maniobras como postergar subas de tarifas y pisar el dólar.
Una devaluación generaría un desborde inflacionario y junto con la suba de tasas de interés, acentuará aún más las tendencias recesivas de la economía.
El gobierno dice por ahora que no va a devaluar. Pero como necesita dólares busca hundir las importaciones por la vía de más recesión y ajuste. Incluso adelantó que espera una caída de 3,5% del PBI este año, lo que implica más desempleo.
Por otro lado, si el gobierno no devalúa, se le complica en lo inmediato la acumulación de dólares. En junio el Banco Central no logró sumar reservas y se estima que va a perder otros 3 mil millones en los próximos meses. ¿Por qué?
La devaluación la viene pidiendo el campo, que como exporta sus cosechas no las está liquidando a la espera de un dólar más alto. Pero también la pide el FMI, que baja línea para que el gobierno levante el cepo y acumule dólares para pagar la deuda.
Ninguna de las dos alternativas, mayor recesión o devaluación, son buenas para las mayorías trabajadoras. Toda la economía del país está subordinada al interés del capital financiero, el FMI y el gran capital nacional e internacional. Milei y el FMI nos están llevando a una crisis mayor.
Para superar este estado de decadencia de hace años hay que organizar desde abajo una resistencia seria a los planes de ajuste, y fortalecer nuestra moneda desde una posición soberana, empezando por desconocer la deuda externa.