Suba del dólar: ¿fin de la luna de miel de Milei y los “mercados”?

Los dólares paralelos volvieron a subir, el riesgo país se mantiene por encima de los 1500 y la brecha cambiaria supera el 55%, el máximo en la era Milei. Los bancos, las empresas, las patronales agrarias están inquietos por el rumbo económico. Claves de la suba del dólar paralelo y la inestabilidad financiera.

Otro día de furia en los “mercados”, el dólar blue subió a $1430, los dólares financieros también aumentaron y el riesgo país llegó a 1.536 puntos. Los “mercados”, un eufemismo para denominar a fondos de inversión, bancos, empresas, a capitalistas, en general, y al capital financiero, en particular, están inquietos por el rumbo económico de Milei y Caputo, ¿le sueltan la mano al Gobierno?

En tanto, el FMI exige una devaluación, más reformas estructurales, pero Luis Caputo, ministro de Economía, afirmó que no va a devaluar. En el mismo sentido, el vocero presidencial, Manuel Adorni en la habitual conferencia de prensa en Casa Rosada dijo este martes “no vamos a devaluar, no nos vamos a mover de lo que anunció Caputo”. La aprobación de la Ley Bases no frenó la crisis.

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¿Por qué aumenta el dólar?

  • Menor liquidación de divisas: Caputo no aceleró el aumento del dólar oficial (crawling peg) y es menor a la suba de la inflación. Esto provoca, en la consideración de los grandes capitalistas exportadores, un atraso cambiario y por eso presionan por una devaluación.

    Sin embargo, el ministro de Economía sostuvo que no va a devaluar. Esto repercute en una menor liquidación de divisas del agro, así en los primeros seis meses del año la liquidación de divisas de los Industriales Oleaginosos y los Exportadores de Cereales fue de U$S11.024 millones, casi el mismo nivel que en 2023, año de sequía, y en relación a 2022 fue un 28% menos, según datos de Ciara-Cec.

  • Tensión con el FMI: no hay dólares frescos del Fondo, a pesar de las promesas del ministro de Economía, Luis Caputo, al presidente de conseguir U$S15.000 millones para salir del cepo cambiario. El Fondo presiona otro rumbo económico, que incluya medidas como terminar con el dólar blend (un beneficio para el sector agroexportador que liquidan un 80% de las exportaciones al tipo de cambio oficial y el restante 20% en el “contado con liquidación”), devaluación, reformas estructurales, tasas de interés reales positivas. Sin embargo, el Gobierno no quiere devaluar para evitar que se acelere la inflación, ni tampoco quiere terminar con el beneficio a las patronales agrarias. Sin dólares a la vista el ministro de Economía no puede anunciar la salida del cepo y flexibilizar las restricciones cambiarias como quiere el capital financiero y las patronales agrarias.
  • Bola de deuda: el Banco Central fue licuando la deuda en pesos, pero pasó parte de esa deuda, que era a tasa de interés fija, a deuda del Tesoro (Ministerio de Economía), que es a tasa de interés variable. Además, el viernes pasado Caputo anunció que los pases que tienen los bancos van a ser ahora deuda del Tesoro, y no del BCRA. Esto provocará más recesión y más desocupación. También, el BCRA se endeuda en dólares con la emisión de Bopreal para cancelar la deuda generada por las importaciones del gobierno del Frente de Todos y ahora también para facilitar el giro de dividendos al exterior. Esto significa que cambiaron deuda en pesos por deuda en dólares. En los próximos años el país no podrá afrontar los vencimientos con los especuladores de Wall Street.
  • Recesión: cayó la actividad económica, el PBI bajó 5,1% en el primer trimestre con bajas más fuertes en la industria, la construcción y el sector PyMES, también se contrajo la recaudación. Esto provocó un aumento de la pobreza (que llega al 55% de la población), del desempleo y la desigualdad.
  • Efecto Trump y devaluación en Brasil: la posibilidad de otra presidencia de Donald Trump está causando incertidumbre (suben los bonos del Tesoro de largo plazo) entre los inversionistas e impacta de manera negativa en los países llamados emergentes. La devaluación de Brasil, uno de los principales socios comerciales de Argentina, impacta en el superávit comercial.

    Para la gran mayoría de la clase trabajadora resulta ajeno a su vida cotidiana lo que pasa en el “mundo” del dólar. Pero, cuando hay ruido en los “mercados” y sube el dólar paralelo es conocido que puede haber una devaluación. Si esto sucede, es conocido que cuando aumenta su cotización cae el poder de compra del salario y, por ende, se deterioran las condiciones de vida. Una devaluación acentuaría en lo inmediato la recesión, la pérdida salarial, la desocupación y la pobreza. Ganan con una devaluación, los agroexportadores, los grandes empresarios, mientras pierden la clase trabajadora, sectores de la clase media, y el pueblo pobre.

    La defensa del salario está en primer orden frente a las presiones devaluacionistas. Es necesario un aumento de emergencia de los salarios, las jubilaciones, y los programas sociales, nadie debería ganar menos de lo que cuesta la canasta básica ($ $851.351 en mayo) en el camino de lograr un salario mínimo igual a la canasta de consumos mínimos que los trabajadores de Ate- Indec calcularon en $1.309.303 (mayo).

    Además, son necesarias un conjunto de medidas como el desconocimiento soberano de la deuda, rechazar el acuerdo con el FMI y la nacionalización de los bancos y el comercio exterior bajo gestión de sus trabajadoras y trabajadores.

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