Una investigación revela que Argentina tiene la menor participación estatal en la renta petrolera de la región, a pesar del crecimiento de las ganancias de las empresas.
Argentina es el país con la menor recaudación fiscal en la renta petrolera de toda América Latina, a pesar de otorgar beneficios constantes a las empresas del sector. Un informe reciente de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) analiza la evolución de la participación del Estado en la renta hidrocarburífera, revelando que la política fiscal aplicada desde hace más de una década, especialmente en el caso de Vaca Muerta, ha resultado en una notable caída de los ingresos fiscales.
Mientras las ganancias brutas de las petroleras en Argentina crecieron de US$ 3.400 millones a US$ 6.700 millones anuales en las últimas dos décadas, los ingresos fiscales del país han caído drásticamente. A principios del milenio, el Estado argentino recaudaba US$ 5.400 millones anuales por la actividad petrolera; sin embargo, hoy la cifra se reduce a la mitad, alcanzando solo US$ 2.700 millones anuales.
Argentina, a la zaga en la región
El análisis comparativo con otros países de la región muestra un panorama aún más desalentador. Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y México cuentan con sistemas fiscales que capturan un porcentaje mucho mayor de la renta petrolera en comparación con Argentina. Esta tendencia se ha acentuado en los últimos años, a pesar del aumento en los precios internacionales de los commodities, impulsados por la pandemia, la guerra en Ucrania y el conflicto reciente en Medio Oriente.
Según el informe, “la participación del Estado argentino en la renta de los hidrocarburos es la más baja en términos históricos y la menor en comparación a otros países de la región”. Esto se debe a una serie de reformas fiscales que, en lugar de aumentar la recaudación del Estado, han terminado favoreciendo a las empresas petroleras en detrimento de los ingresos públicos.
¿Quién se queda con la renta petrolera?
El informe de ACIJ, firmado por Malena Vivanco, Natalia Segura Diez, Natán Spollansky, Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti, profundiza en cómo se distribuye el excedente generado por la producción de petróleo. La renta petrolera, es decir, la diferencia entre el precio de mercado y el costo de producir un barril, genera enormes excedentes que, en Argentina, benefician desproporcionadamente a las empresas privadas.
Por ejemplo, el costo de producir un litro de petróleo crudo en Argentina ronda los US$ 0,1, mientras que su precio de mercado es de US$ 0,5. El excedente de US$ 0,4 por litro debería ser objeto de una distribución justa entre el Estado y las empresas. Sin embargo, las políticas fiscales vigentes han permitido que la mayor parte de ese beneficio quede en manos privadas.
Un régimen fiscal debilitado
“El régimen fiscal argentino no solo contrajo la participación del Estado en la renta, sino que además lo dejó por detrás de la región en términos de carga fiscal sobre el sector”, destacó el informe. A una década del lanzamiento del proyecto Vaca Muerta, que se presentó como una promesa de desarrollo y riqueza para el país, la realidad es que el Estado argentino ha visto disminuir su capacidad de capturar rentas mientras las ganancias de las petroleras crecen exponencialmente.
Este escenario plantea una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto las políticas fiscales deberían modificarse para garantizar que el Estado argentino recupere su papel como principal beneficiario de la explotación de sus recursos naturales?