El sistema sanitario provincial enfrenta una crisis por deudas, falta de insumos y personal, mientras el gobernador Weretilneck busca un nuevo líder para el Ministerio de Salud.
La crisis en el sistema de salud pública de Río Negro alcanzó un nuevo pico con la renuncia de la ministra Ana Senesi. La decisión fue motivada por la falta de resultados concretos y el desgaste que venía mostrando el área desde hace meses. El gobernador Alberto Weretilneck, cansado de la situación, ya había contemplado realizar cambios en la cúpula del Ministerio de Salud, pero la renuncia de Senesi aceleró los tiempos.
Según fuentes cercanas al gobierno, el reemplazo de la ministra aún no ha sido confirmado, pues varias propuestas han sido rechazadas. Mientras tanto, el ministro de Hacienda, Gabriel Sánchez, ha asumido temporalmente la dirección del ministerio, en un intento por calmar la situación.
Un sistema sanitario colapsado
La crisis no es reciente, ya que la administración anterior dejó una abultada deuda que hoy equivale a casi una masa salarial completa. La deuda acumulada en IPROSS y Salud Pública representa más del 50% del déficit total de la provincia, impactando directamente en la adquisición de insumos básicos, lo que ha dificultado gravemente el funcionamiento de hospitales y centros de salud.
Desde que Weretilneck asumió en diciembre de 2023, el mandatario aseguró que se destinarían partidas especiales para garantizar la atención hospitalaria, especialmente ante el aumento de pacientes debido a la crisis de las obras sociales y el desempleo. Sin embargo, la reciente devaluación del peso ha complicado aún más la situación, encareciendo insumos médicos y afectando acuerdos clave, como la compra conjunta de insumos con IPROSS, que aún no se ha concretado.
Conflictos internos en el Ministerio
La renuncia de Senesi no sólo responde a los problemas financieros y operativos. Dentro del Ministerio de Salud, las tensiones entre la ministra y el secretario de Salud, José Pacayut, fueron en aumento en los últimos meses. Las diferencias en la forma de gestionar los recursos y las inasistencias del personal generaron una fractura interna que dificultó la toma de decisiones.
Pacayut, intentó en varias ocasiones recortar fondos y redirigirlos hacia los profesionales que cumplían con sus obligaciones, pero desde el Ministerio, la ministra aprobaba bonificaciones para retener al personal, creando lo que se describió como un «sobresueldo». La falta de diálogo entre ambos se agravó, lo que eventualmente llevó a la renuncia de Senesi.
La búsqueda de un reemplazo y la cercanía con Nación
Mientras se busca un nuevo ministro de Salud, el nombre del exministro y actual legislador Fabián Zgaib circuló en las conversaciones, pero éste desmintió cualquier posibilidad de regresar al cargo, afirmando que no tiene interés en volver a ocupar ese puesto.
Ante la crisis sanitaria, Weretilneck también ha intensificado sus esfuerzos para negociar acuerdos con el gobierno nacional. En una reciente reunión en Buenos Aires, el gobernador repasó temas pendientes con Guillermo Francos, entre ellos la continuación de la ruta 22, la participación en la privatización de las hidroeléctricas y el Tren del Valle, aunque no hubo anuncios concretos tras el encuentro.
Una solución temporal con Hacienda a la cabeza
Con la cartera de Salud bajo la dirección temporal del ministro de Hacienda, queda en evidencia que la crisis es más de recursos que de políticas. Sin embargo, la falta de un líder definitivo en el área de salud genera incertidumbre, especialmente en un contexto donde la salud pública está al límite. Los hospitales provinciales continúan recibiendo un flujo creciente de pacientes, mientras que las sentencias judiciales por falta de medicamentos y prótesis son una constante.
Por ahora, la expectativa está puesta en quién será el próximo ministro o ministra que se haga cargo de uno de los sectores más golpeados de la administración provincial. Mientras tanto, los problemas en la salud pública siguen acumulándose, y las soluciones parecen estar aún lejos de concretarse.