Informe Fiscal: análisis de los ingresos, gastos y resultados del Sector Público Nacional – Datos a marzo de 2023

1- En marzo, la caída de los ingresos se profundizó y la baja del gasto no alcanzó a compensar

En el tercer mes de 2023, el déficit fiscal del Sector Público Nacional de base caja volvió a mostrar valores superiores a los esperados y cerró en ARS 258 mil millones. La principal razón de dicho deterioro en las cuentas fiscales continúa siendo un nivel de ingresos en franca caída y una reducción del gasto que no alcanza a compensar. En números: el gasto totalizó ARS 1,89 billones (+69%), lo que equivale a una caída real del 17%, mientras que los ingresos alcanzaron ARS 1,72 billones (+61%) retrocediendo en términos reales 21%.

De esta forma, Argentina habría incumplido la meta fiscal del primer trimestre del acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI.


2- La sensible caída de los tributos y derechos asociados al comercio exterior aceleró el derrumbe de la recaudación

Los ingresos registrados por el SPN de base caja retrocedieron, en marzo, 21% en términos reales, magnitud que no se verificaba desde la pandemia. Es el quinto mes consecutivo de retracción. El principal componente que explicó esta aceleración general en la merma recaudatoria fueron los derechos de comercio exterior. En el caso de los Derechos de Exportación, donde tuvieron impacto nuevamente los dos factores que venimos mencionado recurrentemente en informes anteriores (sequía y falta de stocks liquidables por los dólares soja 1 y 2), la recaudación cayó 68% en términos nominales respecto de marzo de 2022. Esto implica haber recaudado 84% menos en términos reales.

Por su parte, los derechos de importación tampoco mejoraron: retrocedieron 16% en términos reales, producto del menor acceso al MULC que están teniendo las empresas. Finalmente, al terminar las cuotas de adelantos de pago de ganancias, ese tributo comenzó a sumar presión (y entendemos que seguirá haciéndolo hacia adelante). Es decir, no sólo el dato de recaudación de marzo fue negativo, sino que, entendemos, es parte de una tendencia que difícilmente cambio en el corto plazo.


3- Los gastos se desplomaron, pero no alcanzó para cubrir la baja de ingresos

Los gastos totales del SPN en marzo crecieron sólo 69% en términos nominales, lo que representa un retroceso real del 17%. Esta aceleración se explica principalmente por una fuerte caída en los gastos asociados a subsidios energéticos, donde la segmentación de tarifas comienza a impactar de lleno (esto se da en un contexto donde el FMI solicitó que se acelere ese proceso).

La mayoría de las prestaciones sociales también retrocedieron en términos reales, pero a menor ritmo, mientras que la obra pública es lo único significativo que creció en términos reales (+21%).

Dentro de la obra pública, nuevamente las vinculadas al sector energético son las que más incremento registraron. Dentro de esta categoría tenemos, como obra más relevante, el gasoducto Presidente Néstor Kirchner.


4- La meta fiscal del FMI se incumplió por casi ARS 250 mil millones

Tal como venimos describiendo, la dinámica de ingresos y gastos se complejizó mucho en el primer trimestre de 2023, lo que llevó a que el déficit acumulado sea de ARS 690 mil millones. Esto representarpia un incumplimiento de la meta del FMI de casi ASR 250 mil millones.

En base a los comentarios del FMI en la cuarta revisión del EFF y trascendidos periodísticos, no puede descartarse la posibilidad de que la meta fiscal de marzo sea modificada durante la próxima revisión (que comenzaría el 10 de junio). Si esto no sucediera, el gobierno debería solicitar otra waiver por este criterio de ejecución (recordemos que ya solicitará waiver por la meta de reservas internacionales).

Hacia adelante, la meta fiscal del segundo trimestre comienza ya muy comprometida. Sólo trayendo a valores actuales el segundo trimestre de 2022, el ajuste debería ser por un total de ARS 700 mil millones. Si a eso se le suma una continuidad con el retroceso real de la recaudación la cifra debería ser mayor. En este sentido, consideramos que el escenario más probablemente es que el Gobierno y el FMI acuerden modificar las metas tanto en términos nominales, como reales.


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